“La abolición del principio de solidaridad en la toma de decisiones y la renuncia al derecho de veto para los países miembros de la UE significa que las opiniones de los Estados individuales y sus ciudadanos ya no se tendrán en cuenta”, escribió el parlamentario en su canal de Telegram.
Volodin agregó que las propuestas del Parlamento Europeo para una reforma profunda del bloque significan que «la unidad europea se está derrumbando».
“Entre las decisiones aprobadas está la abolición del principio de toma de decisiones conjunta. En otras palabras, se propone abandonar el derecho de veto de los miembros de la UE. Ya no se tomará la opinión de los Estados individuales, y por lo tanto sus ciudadanos no cuentan», refirió en la red social.
Igualmente, hizo hincapié en que la situación con la introducción de sanciones contra Rusia y sus criterios encontrados para aprobarlas, mostró que los países del denominado Viejo Continente no tienen unidad en este tema.
En ese sentido, el presidente de la Duma Estatal apuntó que en este caso surge la pregunta de quién será responsable «ante los ciudadanos de un determinado país en caso de alza de precios, desempleo, problemas en la economía como consecuencia de decisiones tomadas sin tener en cuenta sus opiniones».
El pasado miércoles la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentó al Consejo Europeo para su aprobación el sexto paquete de sanciones contra Moscú, entre sus propuestas destaca la prohibición de las importaciones de petróleo ruso por parte de los países del bloque.
Ante esta postura varias naciones no aprobaron la medida por las graves consecuencias económicas y sociales que ello pudiera acarrear para la economía y la vida social de sus Estados.
Ejemplo de ello es Hungría, que a decir de su primer ministro Viktor Orban, su país y el resto de la UE no están listos para aceptar la propuesta de la Comisión de introducir un embargo a las importaciones de petróleo y gas ruso.
Al respecto, señaló que tales medidas contra Moscú requieren una importante modernización de la infraestructura de suministro alternativo, así como una reorganización completa de las capacidades de refinación del crudo húngaro.
“La propuesta de embargo energético es una bomba atómica para la economía nacional que no pueden aceptar”, aseguró el jefe de Gobierno.
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