«Del 17 de febrero al 6 de mayo de 2022, fallecieron 105 civiles, incluidos tres niños», reseña el comunicado de la representación de la RPD en el Centro Conjunto para el Control y la Coordinación sobre el alto el fuego publicado en su canal de Telegram.
La nota también destaca que sufrieron heridas de diversa gravedad 460 ciudadanos, incluidos 39 menores, mientras resultaron dañadas tres mil 145 viviendas y 667 instalaciones de infraestructura civil.
Durante el período en cuestión, añadieron los representantes de Donetsk en el organismo, se registraron dos mil 511 disparos, de los cuales dos mil 263 fueron realizados con armamento pesado.
El Centro Conjunto para el Control y la Coordinación sobre el alto el fuego fue creado en 2014 por el Grupo de Contacto Trilateral (Ucrania, Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, Rusia), en aras de implementar los Acuerdos de Minsk, dirigidos a resolver el conflicto en Donbass.
En 2017 Moscú abandonó la institución, con lo cual el Centro cesó las actividades en los territorios no controlados por Kiev.
Sin embargo, las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk (RPD y RPL) anunciaron de manera unilateral la creación de sus representaciones respectivas para continuar registrando los ataques que se realizan en la región.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las RPD y RPL le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente Vladimir Putin afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
Desde el comienzo de la ofensiva, el Ministerio de Defensa ruso enfatizó que los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares.
jcm/odf