Tras una intensa jornada de trabajo, el mandatario mexicano fue despedido por su homólogo cubano, Miguel Díaz-Canel, y el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, en el Aeropuerto Internacional José Martí, de esta capital.
Durante su estancia, López Obrador depositó una ofrenda floral en el Memorial José Martí de la Plaza de la Revolución y sostuvo conversaciones oficiales con el jefe de Estado cubano, quien agradeció el acompañamiento histórico de la nación azteca contra el bloqueo impuesto por Estados Unidos a la mayor de las Antillas.
Ambos mandatarios suscribieron, además, un acuerdo bilateral que representa los vínculos de hermandad entre ambos países y permitirá intensificar intercambios laborales en áreas como la educación, el deporte, la cultura, la capacitación de recursos humanos entre otras.
También ratificaron la voluntad de las dos naciones de enfrentar los desafíos que impone la pandemia de la Covid-19 y otros desastres o epidemias.
Respecto a la imposición de la orden José Martí, López Obrador expresó que se sentía orgulloso por recibir un reconocimiento con el nombre del independentista más humano y sincero de nuestra América, refirió.
José Martí pertenece a México y a Cuba, es un dirigente universal, aseguró el mandatario.
López Obrador arribó la víspera a Cuba tras una gira oficial por Centroamérica y el Caribe, como parte de la estrategia gubernamental dirigida a profundizar los vínculos con el sur.
Los nexos entre Cuba y México datan de hace más de un siglo, y destaca el hecho de que esa nación norteamericana fue la única de América Latina que no rompió relaciones con la isla, luego de que Estados Unidos presionara a los gobiernos de la región para aislar a la joven Revolución cubana tras el triunfo del 1 de enero de 1959.
jha/lrg/mks