Según el portavoz de ese ente castrense, mayor general Ígor Konashénkov, la artillería de este país atacó otros 407 puntos de reunión de tropas y equipos, 13 puestos de mando, cuatro posiciones de sistemas de misiles antiaéreos Osa-AKM y 14 almacenes con pertrechos bélicos.
Más de 280 nacionalistas perdieron la vida en estas incursiones de las fuerzas rusas, mientras 59 equipos militares quedaron fuera de servicio, detalló el vocero.
Por su parte, los sistemas de defensa aérea derribaron nueve drones ucranianos durante la noche, incluidos cuatro cerca del poblado de Balakleya en la región de Járkov y tres en las inmediaciones de Rubézhnoye, en Lugansk.
En total, desde el inicio de la operación militar rusa en Ucrania, el Ejército de Moscú inhabilitó 164 aviones, 125 helicópteros, 807 drones, 302 sistemas de misiles antiaéreos, dos mil 998 tanques y otros vehículos blindados, 360 lanzamisiles múltiples, mil 455 cañones de artillería y morteros, así como dos mil 808 vehículos militares especiales.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
La cartera de Defensa subrayó que los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del vecino país.
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