El rol femenino fue evaluado durante el Seminario Internacional «Bicentenario de la Batalla de Pichincha en la visión de la integración suramericana», a propósito de cumplirse el venidero 24 de mayo el bicentenario de la Batalla de Pichincha, que selló la liberación ecuatoriana del yugo español.
La cita estuvo organizada por la Coordinadora por la Paz, la Soberanía, la Integración y la No Injerencia (CPAZ), el Centro de Estudios del Pensamiento Bolivariano y Latinoamericano Jorge Núñez y el Consulado de Venezuela en Quito.
Dos ponencias se presentaron en el evento: «Bolívar y Manuela nos unen», impartida por la vicepresidenta de la Federación Democrática Internacional de Mujeres, Nirva Camacho, y «La visión feminista de Antonio José de Sucre», por parte de Rosa Salazar, de la Red de Mujeres de CPAZ.
En la presentación sobre el Libertador y su compañera de luchas y vida Manuela Sáenz, Camacho aseguró que más allá de destacar su relación sentimental es necesario rescatar el espíritu de lucha y combatiente de esa ecuatoriana, quien rompió con las reglas de la época.
En ese contexto, insistió en la relevancia de destacar y reivindicar el carácter independentista de Manuela, que inició actividades por la causa de la liberación desde muy joven.
Por su parte, Rosa Salazar señaló que: «la participación de las mujeres en la lucha por la independencia fue de lo más diversa. Algunas, desde una posición de clases como terratenientes se unieron a las huestes libertarias donde se encontraron con otras despojadas de la tierra y de su dignidad».
Por otra parte, estimó que Antonio José de Sucre fue un precursor de los derechos humanos, capaz de elevar a una doctrina y dirigir a un ejercito donde cada hombre gozaba de confianza, pero su visión no fue feminista, sino humanista.
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