Según el reporte, atacaron 15 puestos de mando, 520 áreas de concentración de efectivos y equipamiento bélico, seis unidades de artillería y un depósito de armamento de misiles.
Indicó que en las últimas 24 horas, los sistemas de defensa aérea, por su parte, derribaron un avión Su-27, dos cohetes ucranianos del sistema lanzamisiles múltiple Smerch y 15 drones.
El alto oficial ruso señaló que las Fuerzas Aeroespaciales aniquilaron 153 puntos de agrupación de tropas y equipos enemigos, así como destruyeron dos lanzamisiles múltiples Grad y una estación de alerta de radar de fabricación estadounidense cerca de la ciudad de Járkov.
Explicó que los misiles guiados rusos de alto alcance eliminaron las instalaciones de producción de una refinería de petróleo, así como depósitos de gasolina y gasóleo en las afueras de la ciudad de Kremenchug, en la región de Poltava, destinados a abastecer a las tropas ucranianas.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
Desde el inicio de las acciones combativas, el Ministerio de Defensa ruso enfatizó que los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del país.
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