La víspera, el periódico estadounidense Politico, citando fuentes de Washington, informó que la Casa Blanca analiza la posibilidad de nombrar un enviado especial para las negociaciones del proyecto con el objetivo de cerrarlo.
Al respecto, Peskov dijo que el nombramiento de tal enviado especial para un proyecto que no tiene nada que ver con Estados Unidos y que está ubicado en otro continente evidencia la injerencia de la Casa Blanca en los asuntos internos y en los intereses económicos de otros países.
Peskov señaló que hasta ahora las naciones socias de Rusia en la construcción de Nord Stream 2 ‘son bastante consistentes en sus intenciones de finalizar este proyecto y lanzarlo’. Aseguró que este gasoducto es ‘extremadamente importante’ para la seguridad energética europea.
Sobre el nombramiento del enviado especial estadounidense, también este jueves se pronunció el canciller ruso, Serguéi Lavrov, de visita en Kazajstán. ‘Simplemente irá y amenazará a todos. Este es el tipo de diplomacia’ estadounidense, dijo, a la vez que calificó de ‘callejón sin salida’ y de ‘estúpida’ la política de sanciones de Washington contra Moscú.
Impulsado por una alianza de empresas de Rusia, Alemania, Austria, Francia y Países Bajos, Nord Stream 2 tiende dos tuberías por el fondo del mar Báltico que transportarán 55 mil millones de metros cúbicos anuales de gas de este país hacia Alemania.
Previsto para concluirse este año, el gasoducto pasa por las aguas territoriales o las zonas económicas exclusivas de Alemania, Finlandia, Dinamarca, Rusia y Suecia.
El proyecto duplica la capacidad del gasoducto actual, en funcionamiento desde 2012, y fue concebido para diversificar las rutas del suministro de gas ruso a Europa.
Una de las razones de la oposición de Washington al proyecto está vinculada a su interés de venderles a los países miembros de la Unión Europea su gas natural licuado de los yacimientos de esquisto.
En contra de Nord Stream 2 se manifestaron también Ucrania, Polonia, Letonia y Lituania.
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