Según el comunicado del servicio diplomático ruso, el alto funcionario comunicó la decisión “en respuesta a las acciones inamistosas” a sus homólogos de los Estados miembros del CBSS, al alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, así como a la Secretaría del Consejo en Estocolmo.
El texto denunció cómo se ha estado convirtiendo a ese organismo de manera constante en un instrumento de la política antirrusa. “En violación de las reglas del consenso, se toman decisiones ilegales y discriminatorias”, apuntó.
La publicación advirtió que la salida de este país de la membresía del CBSS no afectará su presencia del grupo y afirmó que los intentos de sacar a Moscú del organismo de están condenados al fracaso. “Continuaremos trabajando con participantes responsables, organizando eventos sobre temas importantes del desarrollo de la región del Báltico: nuestro patrimonio común, los intereses comunes de nuestros compatriotas.
La víspera, la Asamblea Federal de Rusia anunció su retirada de la Conferencia Parlamentaria del mar Báltico, integrada por Dinamarca, Estonia, Finlandia, Alemania, Islandia, Letonia, Lituania, Noruega, Polonia y Suecia, informó el presidente de la Duma Estatal (Cámara Baja del Parlamento), Viacheslav Volodin.
“Hoy en día no hay diálogo con los parlamentarios de la mayoría de estos países, ni en el formato de esta organización ni a través de los canales interparlamentarios», dijo Volodin en el sitio oficial en Internet de la Duma.
Señaló que la responsabilidad de romper los lazos parlamentarios recae en aquellos que socavan los principios básicos de la Conferencia y la utilizan para atacar a Rusia.
«El trabajo de la Conferencia Parlamentaria del Mar Báltico siempre se ha construido en igualdad de condiciones y las decisiones se han tomado por consenso”, apuntó.
Según el político ruso, la Conferencia Parlamentaria del Mar Báltico detuvo la cooperación real y los países participantes se han olvidado de los intereses de sus propios ciudadanos.
“El formato de diálogo multilateral, una vez útil, se ha convertido en un instrumento de política antirrusa. Esto hace que cualquier otra interacción dentro de la Conferencia carezca de sentido», enfatizó.
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