Según informó en el programa televisivo Mesa Redonda, las disposiciones tienen un lenguaje hostil hacia la Revolución y dejan claras las intenciones de dividir, destruir la unidad del pueblo y el sistema político de la nación caribeña.
La política de Estados Unidos sigue dirigida a alterar y modificar el orden constitucional de Cuba, unida a los intentos de aislar a la nación caribeña de manera internacional y los efectos de una campaña de descrédito, comentó.
El representante gubernamental señaló que faltan las regulaciones para esa hoja de ruta notificada por la administración de Joe Biden, las cuales pueden demorar meses en salir, por ello pidió cautela a la hora de medir el alcance de las disposiciones.
Enfatizó en que las medidas no significan un levantamiento o alivio del bloqueo económico, comercial y financiero, con severos daños a la vida cotidiana del pueblo.
Entretanto, el ciudadano estadounidense no puede hacer turismo en la isla, persisten los impedimentos para la compra de productos de manera bilateral, las exportaciones y transacciones en terceros países, y Washington todavía trata de evitar el abastecimiento de combustible a Cuba.
“Hay una flexibilización o excepciones para las medidas, pero falta ver cómo se aplican; nada se ha alterado”, insistió Fernández de Cossío.
El Gobierno de Joe Biden anunció la víspera la eliminación de los límites a las remesas, la reautorización de los llamados viajes pueblo a pueblo y del programa de reunificación familiar, todo suspendido por la administración de Donald Trump (2017-2021).
También se restablecerían los vuelos regulares y chárter a las provincias cubanas, ampliarán los servicios consulares en su embajada en La Habana y otras disposiciones.
De acuerdo con la cancillería aquí, las disposiciones constituyen “un paso limitado en la dirección correcta”, pues no modifican el bloqueo ni “la inclusión fraudulenta en lista de países patrocinadores del terrorismo”.
El comunicado del Departamento de Estado con esa decisión llega casi un año y cuatro meses después de asumir la presidencia Biden, quien en sus días de campaña electoral prometió revertir las políticas de su antecesor.
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