El proyecto, que consiguió el apoyo de 86 senadores y el rechazo de 11 de ellos, deberá ser firmado por el presidente Joe Biden y permitirá al Pentágono continuar la transferencia de armamento al país europeo por más tiempo.
De esa forma, Washington contará con nueve mil millones de dólares para reponer las reservas de armas estadounidenses agotadas, igual cantidad de dinero para operaciones del gobierno ucraniano y seis mil millones para la compra de vehículos blindados para Kiev y reforzar su sistema de defensa aérea. Esa medida fue aprobada la semana pasada en la Cámara Baja, pero sufrió un percance temporal en la Cámara Alta cuando el senador republicano Rand Paul se opuso a ampliar el apoyo a las fuerzas ucranianas ante los problemas económicos internos.
Precisamente Paul fue uno de los 11 senadores republicanos que votaron contra la legislación.
Esa opinión un tanto disonante evidentemente no empañó el amplio apoyo bipartidista a la guerra y a la prolongación del conflicto, ni implicó un rechazo al financiamiento, sencillamente los nuevos fondos demoraron un poco más de lo esperado.
La Casa Blanca solicitó inicialmente al legislativo 33 mil millones de dólares y los representantes lo elevaron a 40 mil millones, muestra de la cantidad de dinero que los congresistas están dispuestos a destinar a la guerra y al complejo militar industrial, mientras persisten dificultades en la economía nacional.
Cuando el conflicto en Ucrania llega casi a los tres meses, la posibilidad de una salida negociada parece cada vez más lejana, advierten analistas que señalan a Estados Unidos por su estrategia centrada en escalar el enfrentamiento bélico y las sanciones económicas contra Rusia.
Estados Unidos ya aprobó más de 13 mil millones de dólares en apoyo militar, humanitario y económico para Ucrania desde el inicio de la crisis el 24 de febrero, sin contar los 40 mil millones que el Congreso acaba de admitir.
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