Durante un evento sobre el tema celebrado en esta capital, la ministra de Medio Ambiente, Yasmine Fuad, detalló que la Estrategia Nacional de Cambio Climático en Egipto 2050 consta de cinco objetivos principales.
El primero de ellos es alcanzar un crecimiento económico sostenible al reducir las emisiones de gases contaminantes en diversos sectores mediante un mayor uso de fuentes de energía verde, subrayó.
Fuad destacó que el plan incluye trabajar para mitigar el impacto negativo del cambio climático en la salud de las personas y en la sociedad en general, así como en los sistemas ambientales.
Consideró necesario impulsar mecanismos de financiación innovadores que dan prioridad a las medidas de adaptación y promover la transferencia de la investigación científica y tecnológica.
La ministra afirmó que el plan requiere de la participación de toda la sociedad egipcia.
Esta nación norafricana acogerá en noviembre venidero la próxima cumbre sobre cambio climático (COP27).
En varias oportunidades las autoridades egipcias alertaron sobre las graves consecuencias para el país del flagelo.
Precisamente, en abril último, el ministro de Recursos Hídricos e Irrigación, Mohamed Abdel Atty, advirtió que el delta del río Nilo es una de las áreas más amenazadas del mundo por ese problema.
El funcionario reveló que el cambio climático amenaza del 12 al 15 por ciento de las tierras fértiles del delta por el crecimiento previsto del nivel del mar.
A esto se suma el creciente estrés hídrico del país, que depende en más de un 90 por ciento de las aguas del Nilo para cubrir las necesidades de sus 103 millones de habitantes.
Según cifras oficiales, Egipto tiene una disponibilidad hídrica de 60 mil millones de metros cúbicos (bmc) anuales, pero sus necesidades se sitúan en torno a los 114 bcm.
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