Este es un tema controvertido en la sociedad estadounidense. En 1973, el Tribunal Supremo de dictaminó que las mujeres tenían derecho a abortar en el histórico caso Roe contra Wade pero, luego de la filtración de un memorándum del órgano de justicia que revocaría esa decisión, el asunto cobró notoriedad y ya se confirma como tema electoral para noviembre.
Pese a lo dispuesto en 1973, los estados individuales son libres de promulgar leyes que restringen la práctica y la disponibilidad de la interrupción.
Siguiendo esa práctica demarcaciones generalmente con gobiernos republicanos, impulsan acciones para abolir el derecho de las mujeres para decidir sobre su reproducción y avanzan leyes que convertirán al sexo femenino en centro de los vaivenes políticos del país.
La Legislatura de Oklahoma dio su aprobación final el jueves a un proyecto que elimina casi todos los abortos a partir de la fertilización, lo que la convertiría en la ley de interrupción del embarazo más estricta del país, más que la de Texas y otras regiones que ya se pronunciaron.
De este modo, el tira y afloja entre los que apoyan el término de la gestación y los que están en contra continúa y la disponibilidad del aborto depende en gran medida del estado o región en que viva la mujer.
La filtración a principios de mayo de 2022 sugiere que el tribunal está dispuesto a anular la sentencia del caso Roe vs. Wade, permitiendo a los estados individuales prohibir la interrupción por completo si así lo desean.
Aunque no se espera que el fallo del Tribunal se anuncie oficialmente hasta finales de junio o principios de julio de 2022, el filtrado ya provoca protestas y el temor de que millones de mujeres pierdan ese derecho, lo que convertirá el asunto en un tema candente en noviembre y pondrá en juego millones de vidas. Retornando a Oklahoma, su legislación elimina casi todos los abortos, lo cual pudiera llevar a las mujeres a acudir a prácticas no seguras que a nivel mundial causan cerca de 30 millones de muertes anuales, según estadistas de organismos internacionales.
La iniciativa entraría en vigor inmediatamente después de la firma del gobernador Kevin Stitt, un republicano que se comprometió a hacer de su estado el más antiaborto de la nación.
De seguir adelante sometería a los proveedores de esos servicios y a cualquier persona que “ayuda o incita” a un aborto a demandas civiles de particulares.
Si el gobernador lo firma, el proyecto de ley de Oklahoma eliminaría otra opción para las mujeres de Texas que pueden cruzar la frontera estatal para buscar procedimientos legales, y castigaría incluso a aquellas de fuera del estado que ayudan a las mujeres de Oklahoma a abortar.
El problema tiene un efecto dominó y ya otros estados guiados por gobiernos republicanos como Nebraska trabajan par lesionar los derechos de las féminas a decidir sobre su embarazo.
Pete Ricketts, gobernador republicano de Nebraska, anuncio que convocará a una sesión especial de la legislatura en su entidad para aprobar una prohibición total si se anula Roe vs. Wade
Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, considera que lo que cocina el Supremo “se trata de algo tan serio, tan personal y tan irrespetuoso con las mujeres” que debe ser cuestionado.
Eso es un tema conflictivo que debe decidir la Corte Suprema, moldeada a su gusto por las agrupaciones políticas. Hay nueve jueces en el alto tribunal, seis de los cuales fueron designados por presidentes republicanos y cuyas decisiones suelen ser conservadoras.
Por eso, el tema cala en la contienda electoral, y presuntamente las mujeres, con el voto mayoritario en el país, se pronunciarán contra los que buscan ilegalizar el aborto, la mayoría de ellos candidatos republicanos.
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