Sri Lanka lucha en los últimos meses contra una grave escasez de artículos esenciales y carece de gasolina, medicinas y reservas de divisas en medio de una aguda crisis de la balanza de pagos.
Las protestas callejeras masivas y la agitación política obligaron a la renuncia del anterior primer ministro, Mahinda Rajapaksa, y su gabinete.
Wickremesinghe fue nombrado por el presidente en funciones, Gotabaya Rajapaksa, el 12 de mayo, luego de varios días de agitado drama político y enfrentamientos mortales que sacudieron las calles.
Tras el caos y un limbo político sin gabinete, Rajapaksa nombró finalmente el pasado 12 de mayo a Wickremesinghe, quien ganó la mayoría en el Parlamento con 160 de los 225 votos.
Wickremesinghe fue primer ministro de 1993 a 1994, de 2001 a 2004, de 2015 a 2018 y de 2018 a 2019 y también es el único representante de su partido en el Parlamento.
Poco después de llegar al poder, Wickremesinghe compartió en Twitter su plan de acción para sacar al país de su actual crisis económica en relación con la escasez de alimentos, combustible, divisas y medicamentos.
Samagi Jana Balawegaya (SJB) el principal partido de la oposición en el Parlamento de Sri Lanka, decidió apoyar al nuevo gobierno encabezado por el primer ministro Ranil Wickremesinghe.
Esto se produjo después que el presidente del SJB y líder de la oposición, Sajith Premadasa, rechazó la oferta del cargo bajo la presidencia de Gotabaya.
En medio de las crecientes protestas y el enfado con el gobierno, Sri Lanka fue testigo de disturbios a partir del 9 de mayo, que destruyeron vehículos y casas pertenecientes a antiguos ministros o diputados del partido gobernante Sri Lanka Podujana Peramuna (SLPP).
Según los datos del Ministerio de Defensa, la violencia se saldó con al menos nueve muertos, entre ellos dos policías, y más de 220 heridos.
Mahinda Rajapaksa, el hermano del presidente y predecesor de Wickremesinghe, llegó a esconderse en una base naval fuera de la ciudad de Colombo.
Los incidentes de violencia pusieron de manifiesto el deterioro de la situación provocado por la grave crisis económica en el país, señaló el portal Peoples Democracy.
Varios expertos responsabilizan al gobierno de Rajapaksa de decisiones que contribuyeron a la crisis económica, al recortar impuestos, detener las importaciones de fertilizantes y las grandiosas inversiones en proyectos de vanidad, que redujeron los ingresos, interrumpieron la producción agrícola y se sumaron a la creciente carga de la deuda.
La pandemia de Covid-19 precipitó la crisis con la drástica caída de los ingresos en divisas debido a la paralización del turismo y el envío de remesas de los trabajadores esrilankeses en el extranjero.
Con el colapso económico, la población esrilankesa sufre en medio de una grave escasez de alimentos, combustible y medicinas y una subida de precios galopante.
Las insoportables condiciones de vida llevaron a la gente a salir a las calles a protestar.
Miles de personas participaron en manifestaciones pacíficas, que contaron con el apoyo de todos los sectores de la población, como profesores, estudiantes, empleados y sindicatos.
La clase obrera desempeñó un papel importante en el movimiento popular y la coordinadora de los sindicatos convocó una huelga general el 28 de abril en la cual participaron millones de personas.
Una segunda convocatoria de paro de un día de duración contó con una mayor participación, incluyendo a médicos, enfermeras y otros profesionales, para exigir la dimisión del presidente Gotabaya y su gobierno.
El mandatario declaró el estado de emergencia, el segundo en poco más de un mes y se impuso el toque de queda, pero los manifestantes lo desafiaron.
El entonces primer ministro Mahinda Rajapaksa convocó a los seguidores de su partido (SLPP) a su residencia oficial y tras un discurso provocador sus hombres atacaron a los manifestantes pacíficos y cientos de personas resultaron heridas sin que la policía actuara con decisión.
Una multitud se reunió frente a la residencia de Mahinda Rajapaksa, y él y su familia tuvieron que ser rescatados en helicóptero y llevados a una base naval.
Mientras, la principal oposición, la alianza SJB, anunció que no se unirá a ningún gobierno interino dirigido por el presidente Gotabaya Rajapaksa y quieren su retiro del poder.
También, el partido de izquierda Janatha Vimukthi Perumana (JVP) apuesta por un presidente y un gobierno interinos hasta que se celebren nuevas elecciones en esta nación insular, que enfrenta su peor situación desde que se independizó del dominio colonial del Reino Unido en 1948.
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