La jornada de este viernes de ese foro de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estará dedicada a un debate de alto nivel sobre la protección social universal para poner fin al empleo infantil.
Ese flagelo, afirma el documento, es una violación del derecho de todos los niños a disfrutar de su infancia, y un reflejo patente del incumplimiento del deber más fundamental de los gobiernos de proteger a sus hijos.
Sin embargo, actualmente 160 millones de infantes aún son víctimas de ese mal social, algunos de ellos con tan solo cinco años, situación que afecta a casi uno de cada 10 menores en todo el mundo, y prácticamente la mitad de ellos sometidos a trabajos peligrosos que podrían causarles daños físicos y emocionales.
Tal realidad es moralmente inaceptable y urge de una visión estratégica a corto plazo, porque quienes permanecen en la escuela y no trabajan tienen más posibilidades de desarrollar plenamente su propio potencial, y contribuir a romper el ciclo intergeneracional de la pobreza y apoyar el crecimiento económico sostenible.
El nuevo informe ofrece un examen riguroso de los resultados de las últimas investigaciones sobre el papel de la protección social en la lucha contra el trabajo infantil.
También revela que esas acciones tienen un efecto aún más importante cuando los países establecen además sistemas integrados de prestaciones de protección social a lo largo del ciclo de vida.
Lamentablemente, se ha avanzado muy poco en lo que respecta a la ampliación de los servicios de ese tipo de ayuda que beneficien a las familias más necesitadas, y a los niños expuestos al mayor riesgo, precisa el documento.
El texto elaborado conjuntamente por la OIT y Unifec fundamenta la necesidad de adoptar medidas urgentes por parte de los gobiernos para establecer sistemas de protección social que sean integrales y tengan en cuenta las necesidades de los más pequeños.
Una mayor inversión en la protección social universal ayudará a millones de menores a hacer realidad sus derechos, y a desarrollar plenamente su potencial, libres del flagelo del trabajo infantil, concluye el informe.
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