Según su informe, en las últimas 24 horas las fuerzas de este país destruyeron además 49 unidades de armamento y equipos bélicos, incluida una estación de radar de detección y control del espacio aéreo.
Indicó que entre las bajas también están 13 tanques y vehículos de combate de infantería, un sistema de misiles antiaéreos Osa-AKM, dos baterías de morteros, dos lanzacohetes múltiple Grad, ocho piezas de artillería, 26 vehículos especiales y cuatro almacenes con piezas de artillería y proyectiles.
Por su parte, la defensa antiaérea de este país derribó tres drones enemigos e interceptaron tres proyectiles del lanzamisiles Uragan en territorios de la autoproclamada República Popular de Donetsk y en la región de Járkov. En la última jornada, las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia atacaron 21 zonas de agrupamiento de efectivos y equipos bélicos ucranianos con misiles aéreos de alta precisión.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
El Ministerio de Defensa ruso subrayó que los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del país.
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