Por Luis Manuel Arce Isaac
Corresponsal de Prensa Latina en México
Salinas Figueredo, profesor emérito de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, integra la dirección del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) y es uno de los organizadores de la IX Conferencia de la institución, que se inaugura el 7 de junio en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En entrevista con esta agencia informativa en ocasión de tan importante foro, el académico señala que esa apreciación explica el lema central del encuentro en el que participan cerca de 10 mil cientistas del continente: “Tramas de las desigualdades en América Latina y el Caribe. Saberes, luchas y transformaciones”.
La conferencia, que destaca por su masividad, se realiza en un momento importante de la vida académica, científica y política de México y de la región, de gran vitalidad por la profundidad de los procesos de cambio que se perciben y permean a la sociedad, presentes en la riqueza de los debates, de las comprensibles controversias sobre el curso de los acontecimientos, expresa el académico.
Tal situación genera, asegura, importantes interrogantes que concitan la participación de la ciudadanía en el ejercicio de sus derechos, así como en los diferentes espacios académicos, ámbitos de conocimiento y diversidad de saberes.
IMPORTANCIA CRECIENTE DE CLACSO
Recuerda que la convocatoria de esta edición tiene una historia que es Clacso desde su constitución en 1967, la cual reúne actualmente a un poco más de 800 centros de investigación y posgrado en 55 países de América Latina, Caribe y otros continentes.
La IX Conferencia de Clacso, indica, viene constituyendo el mayor evento académico, de debate científico y político de las ciencias sociales y humanidades a nivel regional y global. En sus ocho ediciones anteriores fueron abordadas temáticas diversas, de cara siempre al momento político de la región. Revela que el Consejo trabajó esta convocatoria alrededor de las tramas de las desigualdades, consciente de la agenda que lega la pandemia, las diversas tensiones geopolíticas en curso, las agudas expresiones de crisis en la estructura del poder global gravitantes todas en el hemisferio, las cuales no dejan incólumes a ninguno de los países del área.
UN CONTEXTO DE MUCHOS RIESGOS
Admite que el reto para el pensamiento crítico es enorme. No se trata solo de compartir diagnósticos, en sí mismos relevantes para este tiempo, asegura, sino que también se busca debatir lo que sucede en América Latina y el Caribe.
Nos replanteamos la pregunta sobre el rumbo de los acontecimientos y la política, las luchas y las transformaciones, y sobre todo qué podemos hacer para fortalecer el proceso comprensivo desde el conocimiento y los saberes, y hacia la construcción de alternativas genuinamente democráticas que superen los modelos hegemónicos y excluyentes.
EL NEOLIBERALISMO EN EL BANQUILLO
¿Qué se puede decir del contexto en que se realiza esta Conferencia?, le preguntamos, y el profesor responde que no escapa a esta convocatoria el hecho de que América Latina es el espacio territorial donde se encuentra domiciliada la mayor desigualdad del planeta.
El neoliberalismo y la sociedad de mercado, explica, contextualizan esta lacerante realidad, con una impresentable concentración de la riqueza, la corrupción convertida en sistema y un modelo discriminador de acceso a las prestaciones sociales, donde la salud y la educación, entre otros derechos sociales, por regla general pertenecen a la esfera del privilegio.
Precisamente, señala, realizamos esta conferencia cuando una parte de nuestra vida cotidiana comienza a recuperar un desenvolvimiento parecido al que concebíamos como la normalidad previa a la pandemia.
Las señales de crisis que venían desde antes, profundizaron sus consecuencias con el dilema sanitario que acarreó un aumento muy agudo de las desigualdades en nuestra región, estima.
CUBA, UN EJEMPLO
Salinas está entre quienes creen que se hizo inocultable la crisis de los sistemas de salud y la disparidad en la distribución de las vacunas contra la Covid-19, salvo muy honrosas excepciones como Cuba.
La isla, a pesar del bloqueo y las brutales sanciones que pesan sobre su economía, tenía sus reservas estratégicas para enfrentar con dignidad, profesionalidad y calidad humana los requerimientos de su población.
Por todo lo cual se sobrepuso exponencialmente a las desigualdades en el campo educativo, así como el incremento de empleos informales, las inequidades que afectan a las mujeres, el ámbito de los derechos por orientación sexual e identidad de género, una vulnerabilidad mayor de los desplazados y migrantes.
Sin embargo, añade, aun cuando falta que la política se haga cargo integralmente de todo ello, la conciencia más avanzada de este tiempo colocó la vida en el centro de la humanidad y, con ella, la reemergencia de los principios de la solidaridad, el insustituible papel de la regulación social desde el Estado y la cooperación frente al mercado.
Por todo eso, enfatiza, Cuba es un país muy importante para el Consejo, y lo demuestra con su nutrida delegación de catedráticos e investigadores, a quienes todos desean escuchar.
RETOS PARA EL PENSAMIENTO CRÍTICO
¿Y los desafíos, cómo se pueden enfrentar y salir victoriosos?, le preguntamos. Contesta sin titubeos que el reto para el pensamiento crítico es enorme, frente a los saldos de la pandemia y las amenazas que ponen en riesgo la de por sí precaria estabilidad mundial.
Las visiones supremacistas e injerencistas demandan una mayor reflexión de las ciencias sociales y las humanidades.
Pero no se trata solo de compartir diagnósticos, en sí mismos relevantes para este tiempo, aclara. También buscamos debatir lo que sucede en América Latina y el Caribe, en el hemisferio y el mundo, replantearnos preguntas sobre el rumbo de los acontecimientos y la política, las luchas y las transformaciones.
Sobre todo, añade, en lo que respecta a qué podemos hacer para fortalecer el proceso comprensivo, desde el conocimiento y los saberes, hacia la construcción de alternativas genuinamente democráticas que superen los modelos hegemónicos, anclados en las distintas formas de exclusión que amplían y profundizan las desigualdades de toda índole.
El académico y organizador de Clacso concluye con una ratificación del pensamiento político que marca su trayectoria:
La perspectiva nuestra sigue siendo aquel horizonte, tributario de Juárez, Bolívar y Martí, en el que podemos visualizar el trazo de una historia común alrededor de los grandes objetivos de emancipación, independencia e integración sin exclusiones de toda Nuestra América.
arb/lma
