Creo que la historia nos dice que esto es el principio del fin, afirmó el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, en alusión a que gobernantes anteriores, entre ellos Theresa May, sobrevivieron a la moción de censura, pero luego fueron obligados a dimitir.
Según Starmer, aun si Johnson lograra sobrevivir, “el daño ya está hecho”.
Ed Davey, quien encabeza a los liberales demócratas, también describió la votación como el día en que los legisladores conservadores juzgarán a un primer ministro deshonesto.
Si no destituyen a Boris Johnson será un insulto para todos aquellos que se sacrificaron y sufrieron mientras él se divertía, agregó Davey.
El presidente del comité partidista a cargo de la bancada conservadora, Graham Brady, informó este lunes que durante el fin de semana se superó el umbral del 15 por ciento de solicitudes escritas que eran necesarias para convocar a un voto de desconfianza contra el jefe de Gobierno.
Para mantenerse en el cargo luego de la votación de esta noche, el gobernante necesita el apoyo de la mitad más uno de los 359 diputados de su bancada.
Johnson, quien en julio de 2019 sustituyó a la dimitente May, atraviesa por la peor crisis de su carrera política debido a las fiestas celebradas en su despacho y otras dependencias gubernamentales en momentos en que Reino Unido estaba bajo confinamiento por la pandemia de la Covid-19.
Las críticas a su liderazgo aumentaron de manera significativa después que un informe oficial responsabilizó a la máxima dirección política del país por las violaciones de las normas antiCovid-19 en actividades sociales que el gobernante defendió como reuniones de trabajo.
Una pesquisa paralela sobre el denominado partygate, realizada por la Policía Metropolitana, concluyó en abril pasado con la imposición de más de un centenar de multas a 83 personas, entre ellas Johnson, por infringir las normas sanitarias vigentes durante los confinamientos.
El primer ministro también enfrenta una investigación parlamentaria para determinar si mintió de forma deliberada cuando en diciembre pasado les aseguró a los diputados que en Downing Street número 10 no se celebraron fiestas ilegales ni se violaron las reglas de la Covid-19.
La oficina de Johnson afirmó, por su parte, que el voto de desconfianza será una oportunidad para poner fin a meses de especulación y permitir al Gobierno seguir adelante y concentrarse en atender las prioridades de la población.
En caso de perder la votación, el primer ministro tendría que dimitir, y se abriría un concurso de liderazgo entre los diputados conservadores para elegir a un sucesor.
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