Para Claudia de la Cruz, co-directora de la plataforma The People’s Forum, en la cita fue escasa la representación de las comunidades más pobres, de las migrantes, de las indígenas y negras de Los Ángeles y del país.
«Eso indica mucho cuáles son las voces que importan en ese tipo de eventos», afirmó De la Cruz en declaraciones a Prensa Latina.
Sin dudas, resultó «un espacio vacío que ni siquiera es simbólico de nada porque ahí no estaban las comunidades en lucha, que sobreviven en ciudades como esta donde ocurren este tipo de reuniones”, subrayó.
Por lo menos –dijo- dentro de la sociedad civil de Los Ángeles diversas organizaciones se registraron y luego no pudieron entrar a la cumbre, precisamente porque tenían una voz de protesta.
Hay malestar ante lo que «ha sido el gobierno de Joe Biden en este tiempo, en particular respecto a la crisis económica, el acceso a la salud y la vivienda», acotó.
Por otra parte, en esta urbe que quieren promover como ejemplo existe un 38 por ciento de la población sin hogar.
A aquellos que viven en las calles, los indigentes, los están retirando de sus lugares habituales para dar una mejor cara a Los Ángeles en el contexto de la cumbre, añadió la activista.
De la Cruz hizo sus comentarios a pocas horas de la inauguración de la Cumbre de los Pueblos por la Democracia, “la contrapropuesta al encuentro de exclusión de Biden”, enfatizó.
La IX Cumbre, que empezó la víspera, llegó precedida por numerosas críticas debido a la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua, que no entran en la égida de las simpatías políticas de Washington, en opinión de analistas.
Esa postura es contraria a la proyección que trató de dar el país anfitrión en esta cita que, cada tres años, reúne a los jefes de Estado y/o Gobierno de las Américas.
La Casa Blanca anticipó que esta sería «una cumbre más inclusiva»; sin embargo, en su lista oficial de invitados no figuran aquellos gobiernos que le son incómodos.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, declinó asistir ante la posición de Estados Unidos, lo mismo hizo su homólogo boliviano, Luis Arce.
Honduras, Guatemala y las naciones que intregran la Comunidad del Caribe (Caricom) expresaron su rechazo a esa política de exclusiones, que para no pocos observadores significa un retroceso en las relaciones hemisféricas.
Otros lo consideran un traspié en la agenda hacia la región del actual ocupante del Despacho Oval y hasta un autogol político de Washington.
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