La cita, que perfila un retroceso en las relaciones hemisféricas por no invitar a países soberanos del continente, fue promocionada por la Casa Blanca como un evento que trataría de “unir” a la región para afrontar «retos apremiantes».
Sin embargo, mandatarios de varios gobiernos decidieron no asistir en protesta por la decisión de Washington de dejar fuera a Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Algunos analistas afirman que esta podría ser la cumbre menos inclusiva desde la primera, organizada también por Estados Unidos, en 1994 en Miami.
Para el diplomático Richard Haass, exjefe de la Oficina de Planificación Política del Departamento de Estado, la Cumbre de las Américas parece ser «una debacle, un autogol” de Washington.
Estados Unidos no tiene una propuesta comercial, una política de inmigración ni un paquete de infraestructura. En cambio, la atención se centra en quién asistirá al evento y en quién no, escribió la víspera en su cuenta en la red social Twitter.
Previsto del 6 al 10 de junio, el evento arrancó este lunes con los foros entre representantes de la sociedad civil, el sector privado y otros encuentros previos al segmento de alto nivel.
El lema de la Cumbre «Construyendo un futuro sostenible, resiliente y equitativo», quedó solo en un balbuceo bienintencionado, a juicio de observadores.
Plantean también que los grandes retos de los pueblos del continente americano no se solucionan mediante la exclusión, la confrontación o la violencia, sino mediante el respecto a la diversidad y la cooperación.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, declinó asistir ante la posición de Estados Unidos, lo mismo hizo su homólogo boliviano, Luis Arce.
Honduras, Guatemala y las naciones que integran la Comunidad del Caribe (Caricom) expresaron su rechazo a esa política de exclusiones.
Otros lo consideran un traspié en la agenda hacia la región del actual jefe de la mansión ejecutiva.
El activista Manolo de los Santos subrayó a Prensa Latina que a ese plan de dividir se opone la Cumbre de los Pueblos por la Democracia, que se inaugura justo este 8 de junio en Los Ángeles.
Como la de (Joe) Biden está marcada por la exclusión y la imposición de una agenda política, la nuestra reunirá diversas voces de todas las Américas, afirmó De los Santos, director de la plataforma The People’s Forum.
Eso sí, queda claro que los temas del orden del día como crisis migratoria o pandemia de la Covid-19 pasarán a un segundo plano ante tantas ausencias para colocar sobre la mesa un asunto no menos importante: la división en las Américas.
oda/dfm