Sin ambages, la Presidencia de Argelia anunció el miércoles que cancelaría «inmediatamente un tratado de amistad con España”, lo cual lamentó el canciller José Manuel Albares, quien, sin embargo, calificó al país norafricano como “un socio confiable”.
El suministro de gas natural de Argelia a España es vital para la nación europea, mucho más en momentos en que la guerra en Ucrania tensa la situación mundial de los hidrocarburos por el enfrentamiento de la Unión Europea (UE) con Rusia.
Para el Gobierno de Argel, es inaceptable el cambio de postura de Madrid respecto al territorio del Sahara Occidental, el cual consideró un alineamiento absoluto con Marruecos.
Soporte fundamental del Frente Polisario, que lucha por la independencia del pueblo saharaui, Argelia aseveró que España dio un «giro injustificable», que equivalía a un «hecho consumado con argumentos falaces».
Albares defendió los nexos con Argelia y reiteró “el compromiso y la adhesión al texto del tratado y a los principios que lo inspiran», mientras quedaba en el aire si en realidad continuarán los suministros de gas de forma normal.
En paralelo, la Comisión Europea dio luz verde al plan de España y Portugal para poner un límite al precio del gas en el sistema de formación del mercado ibérico de la electricidad, que pretende reducir el coste de la factura de la luz de los consumidores.
El brazo ejecutivo de la UE detalló que la medida podrá aplicarse hasta el 31 de mayo de 2023 y tendrá un costo de seis mil 300 millones de euros en el caso de España y de dos mil 100 millones en el de Portugal.
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