Hace poco más de una semana, el Ejecutivo auspició celebraciones por el 40 aniversario del ingreso de España a la Alianza Atlántica y este jueves la Cancillería adelantó un seminario para medios en el que habló el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.
Empero, todos estos eventos previos y los gastos que supondrá la cita de la OTAN, generaron cuestionamientos incisivos de varios partidos de izquierda, tema aprovechado por los conservadores para desbarrar de la actual administración.
Izquierda Unida y Podemos –que integran el grupo Unidas Podemos en el Gobierno-, el Partido Comunista, y varias organizaciones políticas de distintas comunidades autónomas, se han manifestado sistemáticamente contra la guerra en Ucrania, el alza de los gastos militares de España y las maniobras de la OTAN.
El encuentro, según los anfitriones, reunirá a 40 jefes de Estado o Gobierno y alrededor de cinco mil delegados, al ser considerado crucial para el futuro del bloque, en particular por la prolongada operación militar de Rusia en Ucrania.
De hecho, se espera que se curse una invitación al presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, seguramente para su participación telemática.
En la Cumbre de Madrid se emitirá una Declaración con el nombre de la capital española y tendrá un carácter estratégico para los próximos 10 años de la Alianza.
Los valores de la organización, la defensa colectiva con más recursos y los instrumentos necesarios ante un futuro aparecen en el umbral de las prioridades de las reuniones aquí, donde se adoptarán decisiones geoestratégicas que pueden causar preocupación en el resto de la comunidad internacional.
Está anunciada la visita del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, su primera de hecho a territorio español desde que asumió la Casa Blanca.
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