Cerca del lugar de la reunión, los activistas ondearon pancartas y carteles, y colocaron sillas simbólicas con las banderas de los países que no asistieron a esta cita hemisférica convocada por el Gobierno de Estados Unidos, en solidaridad con las naciones no invitadas.
La posición adoptada por la administración de Joe Biden sigue sumando críticas y saca a flote dudas sobre la influencia (en declive) de Estados Unidos en la región.
Varios líderes del área, entre ellos los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, el boliviano, Luis Arce, y la hondureña, Xiomara Castro, se negaron a participar en la Cumbre de Los Ángeles a causa de la selectividad y las exclusiones de Washington.
Estados Unidos fue anfitrión de la primera de estas citas hemisféricas en 1994. Para algunos observadores, con la actual podría marcarse un autogol diplomático debido al lamentable traspié de Biden en su agenda hacia la región.
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