De acuerdo con el más reciente boletín de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), su influencia quizás llegue hasta 2023, con lo cual se daría un “episodio triple”, o sea, tres inviernos consecutivos con condiciones acarreadas por dicho evento, y producido solo tres veces desde 1950.
La Niña es un fenómeno que produce un enfriamiento a gran escala de las aguas de la superficie oceánica en las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical como los vientos, la presión y las precipitaciones, aclaró la entidad internacional.
Por lo general, abundó, tiene efectos en el tiempo y el clima contrarios a los de El Niño, que constituye la fase cálida del fenómeno denominado El Niño-Oscilación del Sur.
La sequía reinante en el Cuerno de África y en la parte meridional de América del Sur lleva el sello de La Niña, al igual que las precipitaciones por encima de la media en Asia suroriental y austral, y las predicciones de una temporada de huracanes en el Atlántico con una actividad superior a la media, aseguró la entidad.
Sin embargo, ahondó, todos los fenómenos climáticos de origen natural ahora se producen en el contexto del cambio climático antropógeno, que provoca un aumento de las temperaturas mundiales, exacerba los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos y las precipitaciones estacionales.
“El cambio climático antropógeno acrecienta los efectos de los fenómenos de origen natural, como La Niña, e incide cada vez más en las condiciones meteorológicas, en particular mediante una mayor intensidad del calor y las sequías, el riesgo conexo de incendios forestales, así como los diluvios y las inundaciones sin precedentes”, afirmó por su parte el secretario general de la OMM, profesor Petteri Taalas.
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