Surcorea convocó al embajador de Japón en Seúl este martes para protestar, y China también reaccionó con una fuerte oposición al propósito nipón.
La decisión nunca podrá ser aceptada y no solo supondría un peligro para la seguridad y el entorno marítimo de los países vecinos, también se tomó de forma unilateral sin las suficientes consultas con nuestro país, dijo el responsable de la Oficina de Coordinación de Políticas Gubernamentales de Surcorea, Koo Yoon-cheol.
El funcionario añadió que su gobierno exigirá ‘enérgicamente’ a Japón que adopte medidas concretas para garantizar la seguridad de sus ciudadanos y evitar cualquier daño al medio ambiente marítimo.
Igualmente, adelantó que transmitirá las preocupaciones a la comunidad internacional, incluido el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y solicitará inspecciones internacionales sobre el proceso de manipulación del agua contaminada.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores de China declaró que esta acción es extremadamente irresponsable y dañará gravemente la salud y la seguridad públicas internacionales y los intereses vitales de las personas en los países vecinos.
Instamos encarecidamente a la parte japonesa a que asuma su responsabilidad, siga la ciencia, cumpla con sus obligaciones internacionales y responda debidamente a las serias preocupaciones de la comunidad internacional, los países vecinos y su propia gente, indicó.
China propuso a Japón reevaluar la cuestión y abstenerse de descargar las aguas residuales antes de llegar a un consenso con todas las partes interesadas y el OIEA mediante consultas completas.
El Departamento de Estado de Estados Unidos opinó a su vez que espera la continua coordinación y comunicación del gobierno de Japón mientras monitorea la efectividad de este enfoque.
Por su parte, el Director General del OIEA, Rafael Mariano Grossi, sostuvo que la eliminación del agua tratada de manera segura y transparente que involucre a todos los interesados, es de importancia clave.
Trabajaremos en estrecha colaboración con Japón antes, durante y después de la descarga del agua, aseguró.
Mientras, Kazue Suzuki, portavoz de la organización Greenpeace Japón, consideró que el gobierno japonés ha vuelto a fallarle al pueblo de Fukushima.
El gobierno ha descartado los riesgos de la radiación y ha dado la espalda a la clara evidencia de que hay suficiente capacidad de almacenamiento disponible en el sitio nuclear, así como en los distritos circundantes, precisa.
Suzuki añade que en lugar de utilizar la mejor tecnología disponible para minimizar los peligros de la radiación almacenando y procesando el agua a largo plazo, han optado por la opción más barata, vertiendo el agua en el Océano Pacífico.
Japón aprobó el martes planes para liberar más de un millón de toneladas métricas de agua radiactiva de la planta nuclear de Fukushima dentro de dos años.
El primer ministro nipón, Yoshihide Suga, dijo que deshacerse del agua era una ‘tarea inevitable’ en el plan de desmantelamiento de la planta nuclear.
Agregó que la liberación se llevará a cabo solo ‘después de garantizar los niveles de seguridad del agua’ y junto con estrictas medidas de seguridad.
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