Trump pasará a la historia como el primer presidente que intentó derrocar violentamente a su propio gobierno y si se le permite escapar de la justicia por estas acciones, entonces no será el último, subraya el abogado Elie Mystal, en un artículo que publica la revista.
No sólo quiero que Trump sea impugnado. Quiero que lo encarcelen, precisa Mystal, corresponsal de justicia de The Nation.
Una condena en el Senado es lo mínimo que deberíamos exigir. Trump debería ser acusado y ser juzgado ante los ciudadanos que se encargan de defender el estado de derecho, sostiene el artículo.
El informe muestra una extensa valoración de los hechos que llevaron al inicio mañana martes del segundo juicio de destitución de Trump, quien se pasó dos meses y medios difundiendo teorías conspirativas y mentiras sobre el fraude electoral.
El exmandatario fue destituido por segunda vez por la Cámara de Representantes el 13 de enero luego que una semana antes incitó a una multitud de seguidores en Washington a marchar hacia el Capitolio y prometió que estaría allí con ellos.
En referencia al proceso que debe comenzar este martes, el jurista asegura que gracias a la complicidad de los republicanos en el Senado ‘ahora estamos en la extraña, aunque no única históricamente, posición de tener un juicio de destitución de un funcionario federal después de que haya dejado el cargo’.
Los senadores republicanos, algunos de los cuales alentaron a la turba con las mismas mentiras que Trump dijo antes del ataque, ya hicieron el cálculo de que el exgobernante es demasiado importante para sus propias ambiciones políticas como para ser responsabilizado por sus crímenes, precisa Mystal.
Sostiene el analista que durante cuatro años, Trump estuvo protegido de la persecución penal de sus crímenes gracias a una teoría legal no probada impulsada por la Oficina de Asesoría Legal de la Casa Blanca. Esa teoría,aclara, basada en un memorando inicial de 1973, dice que un presidente en funciones no puede ser acusado por su propio Departamento de Justicia.
Sin embargo, acentúa, Trump ya no es un presidente en funciones, y ya no controla el Departamento de Justicia. Y quiero que esa dependencia, lo acuse por sus crímenes y le ayude a empacar a la cárcel, subrayó Mystal.
Debería ser acusado de incitación a actos criminales, como mínimo. Si se puede demostrar que retiró la Guardia Nacional, también debería ser acusado de sedición. Trump no es un político derrotado; es un criminal que anda suelto. Debe ser tratado como tal, puntualiza el articulista en The Nation.
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