Queremos la paz, lo que significa el deseo en un momento dado del cese de las hostilidades y el regreso al diálogo; somos europeos y compartimos un continente, con la geografía que es obstinada y Rusia sigue estando aquí, dijo en la base de la Otan Mihail Kogalniceanu.
En su primera visita a Europa del Este desde el comienzo del conflicto, el mandatario recordó que Rusia es una potencia bien dotada y que jamás ha compartido las ideas de hacerle la guerra al pueblo ruso o de intentar aniquilarlo.
Nosotros denunciamos, sancionamos y apoyamos a los ucranianos para que luchen, pero tengamos la lucidez de constatar que no hacemos la guerra a Rusia, insistió.
Según Macron, lo “deseable” en el conflicto es o una victoria militar de Ucrania o las discusiones para el alto el fuego, “siempre me llama la atención ver que existe una forma de escalada verbal sin que se saquen todas las consecuencias”.
El presidente ucraniano deberá negociar con Rusia y nosotros los europeos estaremos en esa mesa aportando las garantías y los elementos de seguridad para el continente, esa es la realidad de las cosas, subrayó.
El jefe de Estado francés reiteró la voluntad de mantener el apoyo a Ucrania para que «se defienda y pelee» ante lo que consideró una agresión de su vecino, contraria a su soberanía e integridad territorial.
Francia es uno de los países que suministra armas a Kiev, postura que Moscú considera diametralmente opuesta a cualquier aspiración de paz y una manera de atizar el conflicto.
Cuando Rusia lanzó el 24 de febrero su operación militar contra Ucrania, esgrimió como argumentos la “desnazificación” y la protección de los civiles en las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Luhansk, cuya independencia reconoció.
Asimismo, denunció el propósito de Occidente, en particular de Estados Unidos, de convertir a Ucrania en nueva punta de lanza para la expansión de la OTAN en Europa del Este, creando una amenaza inaceptable para su seguridad.
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