El técnico argentino que condujo a los incas a su primer mundial en 36 años y a estar a punto de clasificar al segundo consecutivo, se reunirá mañana con el gerente de selecciones de la Federación Peruana de Fútbol, el veterano exmundialista Juan Carlos Oblitas.
Oblitas propuso el nombre de Gareca para el primer contrato con Perú y siempre ha sido su interlocutor con la FPF. El dirigente trató con él su recontratación tras el Mundial de Rusia de 2018 y ventila incluso eventuales situaciones problemáticas.
Lo único que dijo el técnico cuando, tras la derrota ante Australia que eliminó a Perú, le preguntaron sobre su continuidad como técnico del conjunto rojiblanco, es que “no es el momento para hablar de eso” y que ya pensaría en el tema al regreso a Lima.
Aquellas palabras pueden ser el preludio del adiós de quien creó las condiciones para que un grupo de jugadores modestos, en su mayoría de la pobre liga local, deviniesen futbolistas de exportación hoy en clubes extranjeros.
Pero también dejaron abierta la posibilidad de continuar en un país en el que es un ídolo indiscutible y que aclamó al entrenador y a sus jugadores cuando llegaron de Qatar la pasada medianoche, sin reprocharles nada, con aplausos, sobre todo para Gareca.
Un experimentado periodista deportivo declaró que la conversación es decisiva y que si Gareca y Oblitas llegan a un acuerdo, será el punto de partida de conversaciones que, casi con seguridad, harán posible la permanencia del técnico en la conducción de los blanquirrojos, la misma que es un clamor nacional.
Los entendidos advierten sin embargo que la precariedad de la organización del fútbol peruano, sus carencias estructurales, las limitaciones de su dirigencia, son un lastre para el vistoso balompié nacional.
Opinan que ni Gareca ni ningún otro entrenador podrá hacer más en ese deprimente contexto, lo cual ha hecho notar en términos muy considerados, más de una vez el técnico argentino.
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