Según el portavoz de ese ente castrense, mayor general Ígor Konashénkov, la aviación no tripulada rusa atacó 57 zonas de concentración de tropas y equipos militares enemigos.
Añadió que en otras incursiones eliminaron dos depósitos de municiones en territorio de Donetsk, además de cinco tanques, seis cañones de artillería de campaña, 11 vehículos especiales y más de 280 combatientes ucranianos.
El alto oficial ruso indicó que las Fuerzas Aeroespaciales impactaron con misiles de alta precisión contra dos puestos de mando de ese país, una estación de guerra electrónica, un sistema de lanzamiento del complejo Tochka-U y un lanzacohetes múltiple Uragan.
Señaló que la defensa aérea, por su parte, derribó un avión ucraniano de combate Su-25, también seis drones, además de que interceptó un misil Tochka-U y 21 proyectiles de lanzacohetes múltiple Uragan.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
El 21 de febrero, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
El Ministerio de Defensa ruso ratificó que los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del país.
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