La medida es parte de una serie de disposiciones anunciadas por el dignatario en medio de un paro nacional de seis días consecutivos, desarrollado por diversos sectores sociales ante el alto costo de la vida y la inseguridad reinante en este país sudamericano.
«Estamos dispuestos a corregir errores en pro de la paz y el bienestar de nuestros pacientes», afirmó la ministra de Salud Pública, Ximena Garzón, sobre la determinación.
Según advirtió, la emergencia permitirá agilizar procesos y contar con suficientes recursos para atender las necesidades del sector.
Hace solo dos semanas, ante insistentes reclamos de gremios de médicos y pacientes por la falta de medicinas, personal médico y el mal estado de los equipos en los hospitales, entre otras cosas, Garzón dijo públicamente que no había motivos para la declaratoria.
Entonces, también dijo que la cartera de estado estaba en proceso de adquisición de medicamentos y abasteciendo las casas de salud con insumos y equipos médicos.
No obstante, reconoció que había problemas de infraestructura en algunos hospitales.
La víspera el mandatario decretó Estado de Excepción en tres provincias: Pichincha, Cotopaxi e Imbabura por grave conmoción social.
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