Parte de ese total arribó aquí desde Ucrania, mientras el otro lo hizo desde Moldavia.
El éxodo se originó tras el comienzo de la operación militar que Rusia desplegó en el Donbass a petición de los gobiernos de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, bajo asedio del gobierno de Kiev desde hace ocho años.
En su momento el Ministerio de Defensa ruso dijo que el operativo no está dirigido contra instalaciones civiles sino que busca inutilizar la infraestructura bélica ucraniana, pero varios países se apresuraron a evacuar a su personal diplomático y se sumaron a las sanciones impuestas desde Occidente.
Desde la Unión Europea se activaron varias baterías de acciones punitivas individuales y sectoriales que buscan infligirle a la economía rusa el mayor daño posible, según el ente comunitario.
En tanto, países como Polonia, República Checa y esta nación manifestaron su disposición a acoger a refugiados, y también aceptaron el despliegue de efectivos militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), con el propósito de cercar a Rusia, según el Kremlin.
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