Explicó que según la nomenclatura de esa nación báltica de productos básicos para la actividad económica extranjera, las referencias establecen que en la lista de suspensión aparecen todo lo relacionado con la construcción, como cemento, estructuras metálicas, etc.
Alijánov señaló que hasta el momento no existen limitaciones para el carbón, la gasolina y el diésel, pero comenzarán a aplicarse a partir del 10 de agosto y el 5 de diciembre, respectivamente, como parte de las sanciones antirrusas por la operación militar de Moscú en Ucrania.
“Es decir, esta nomenclatura se irá haciendo cada vez más grande”, subrayó, en declaraciones a la televisión rusa.
Antes, el ejecutivo explicó que los ferrocarriles lituanos notificaron a los ferrocarriles de la región de Kaliningrado que, a partir del 18 de junio, restringirán el tránsito de una serie de mercancías desde las regiones de las regiones rusas hacia ese territorio por las medidas europeas contra Rusia.
Advirtió que las acciones de Vilna son ilegales y violan los acuerdos, ya que cuando el país se unió a la Unión Europea, garantizó la preservación del tránsito hacia la región.
Señaló que no obstante, el flujo de mercancías prohibidas por Lituania se puede transportar a través del mar Báltico, ya que hay barcos libres para fletar que estarán listos para operar en un futuro cercano.
“Ahora hay bastante capacidad de carga libre en el Báltico, que ya estamos fletando, y estamos discutiendo el comienzo de su operación en los próximos días con varias compañías”, explicó.
El gobernador de Kaliningrado reconoció que esa decisión costará tiempo y dinero adicional, pero expresó su confianza en que “no habrá problemas con la entrega o exportación de bienes de la región”.
Este día, la Cancillería rusa convocó a la encargada de negocios interina lituana en Moscú, Virginija Umbrasiene, a quien le exigió que su país anule las restricciones contra Kaliningrado, de lo contrario se reserva el derecho actuar para proteger sus intereses nacionales.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia consideró abiertamente hostiles las acciones de Vilna que, según expresó, violan las obligaciones legales internacionales de Lituania; sobre todo, la Declaración Conjunta de Rusia y la UE sobre el tránsito entre la región de Kaliningrado y el resto de Rusia de 2002.
La región de Kaliningrado es la más occidental de Rusia, y está situada a orillas del Mar Báltico, entre Lituania y Polonia, dos países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, y enclavada dentro del bloque comunitario.
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