Ayer Gustavo Petro fue electo Presidente, este Gobierno debe encarar los cambios para una Colombia en paz, entre los más urgentes están la inclusión política y económica, una economía soberana sin depredación, y una nueva Doctrina de Seguridad y Derechos Humanos, expresó la guerrilla en un comunicado.
Aseguró que «el ELN mantiene activo su sistema de lucha y resistencia política y militar, pero también su plena disposición para avanzar en un Proceso de Paz que dé continuidad a la Mesa de Conversaciones de Quito», Ecuador.
Explicó que las dos causas que impiden superar el conflicto armado y la violencia política son la Doctrina de Seguridad Nacional que define a los opositores como enemigos internos, prioriza el uso de la fuerza y desecha el diálogo para encarar los problemas.
La segunda causa reside en el añejo régimen clientelar violento, mutado hoy en un sistema corrupto y mafioso, agregó.
Recalcó que la exclusión de las clases dominantes hacia los pueblos étnicos y las comunidades populares rurales y urbanas son el detonante de la protesta social, victimizada para justificar el trato de Guerra que el régimen le da.
Igual trato han recibido los movimientos alternativos que aspiran a participar en la lucha política, al ser criminalizados desde el clientelismo, los monopolios mediáticos y la violencia de las mafias, acotó.
Explicó que la globalización neoliberal recrudecida en los últimos 30 años y sus Tratados de Libre Comercio favorecen las importaciones en desmedro de la producción nacional y provocan el empleo informal y altísimas tasas de desempleo.
Al mismo tiempo, la mitad de la riqueza producida debe entregarse al Fondo Monetario Internacional para pagar la gigantesca Deuda Externa contraída por la élite gobernante, lo que impide al país cubrir su deuda social, advirtió.
Sucesivas ofensivas de la oligarquía despojaron más de ocho millones de hectáreas a los campesinos, contrarreforma agraria criminal que sumada a la apertura neoliberal quebraron el campo, lo que obligó a campesinos y trabajadores agrícolas a migrar hacia los cultivos de uso ilícito y hacia el rebusque en las ciudades, enfatizó el ELN.
Remarcó que sustituir dichos cultivos en Colombia es solo una parte necesaria para poner fin al narcotráfico y la fracasada guerra contra las drogas después de 50 años de desastres exige una política alternativa consensuada con los países consumidores y Colombia como país más afectado.
Petro, durante su campaña electoral aseguró que la paz en Colombia es uno de los ejes transversales del programa de gobierno del Pacto Histórico.
«Desde el primer día de mi gobierno se reconocerán los protocolos que el gobierno (de Juan Manuel) Santos firmó con los Estados garantes de la Paz», afirmó Petro en mayo pasado.
Aseguró que, de alcanzar la presidencia de esta nación suramericana, iniciará el proceso de paz integral con todos los actores de la violencia y propondrá un gran pacto de la sociedad para la convivencia.
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