Este martes comienza oficialmente el verano en España, pero el país ibérico sufrió demasiado durante el mes en curso y en mayo pasado, como para volcar a los expertos a lanzar proyecciones nada alentadoras, consecuencia, afirman, del cambio climático.
La situación se hizo más dramática con los incendios forestales, el peor en la provincia de Zamora, Castilla y León, donde por lo menos fueron devoradas por las llamas casi 31 mil hectáreas, si bien dieron tregua en las últimas horas.
Navarra y Aragón también recibieron los embates del fuego, lo mismo que zonas de Cataluña, aunque en menor intensidad. Alrededor de mil personas siguen desalojadas en Navarra, a la espera de que se controlen los fuegos que comenzaron a desatarse el sábado.
La presidenta de Navarra, María Chivite, anunció preparativos para iniciar los trámites con miras a solicitar al Estado la declaración de zona afectada gravemente por emergencia de protección civil.
Los incendios en Zamora se consideran los más graves ocurridos en la historia de España, superando al de Minas de Ríotinto en Huelva, de 2004 (29 mil 687 hectáreas arrasadas); el de Cortes de Pallás, en Valencia, en 2012 (28.879 hectáreas), y el de Navalacruz en Ávila, en 2021 (22.037 hectáreas).
Mientras tanto, en Cataluña, Bomberos de la Generalitat dieron por estabilizado el incendio de Artesa de Segre (Lleida), el cual impactó a cerca de tres mil hectáreas.
En general, según las autoridades españolas, se registraron más de 250 siniestros en el País Vasco, Galicia y los antes mencionados, y otros de menor intensidad en Andalucía.
Las temperaturas sobrepasaron los 40 grados Celsius durante varios días en el sur del país y apenas se marcó un descenso este lunes, con tendencia a continuar con un promedio de hasta 32 grados en la mayor parte del territorio nacional.
Sin embargo, la amenaza es el regreso de valores elevados la próxima semana.
acl/ft