«Nuestro estudio demostró que las enfermedades cardiovasculares preexistentes no deberían impedir que las personas se vacunen contra la Covid-19”, subraya los expertos en un artículo aparecido en la revista Cardiovascular Research, de la Sociedad Europea de Cardiología.
La vacunación es especialmente importante para este grupo, ya que esas dolencias se asocian peores resultados y a un mayor riesgo de muerte tras la infección por el virus SARS-CoV-2.
En tanto, la revista Journal of Cardiac Failure puntualiza que las personas con insuficiencia cardíaca deben vacunarse contra la Covid-19, porque tienen el triple de las probabilidades de perder la vida.
Los que vivan con esa dolencia correrán mejor suerte si están debidamente inmunizados, subraya.
El equipo de investigadores comparó las tasas de supervivencia y el número de ingresos en los hospitales y en las unidades de cuidados intensivos. Analizaron tanto la mortalidad por todas las causas, como la asociada a la infección concurrente y documentada por el SARS-CoV-2.
“Descubrieron que los pacientes no vacunados y parcialmente vacunados tenían tres veces más probabilidades de morir por una enfermedad relacionada con el Covid-19 que los totalmente vacunados y reforzados”, puntualizaron los expertos.
El estudio también muestra que los no vacunados y parcialmente inmunizados tenían un 15 por ciento más de probabilidades de ser hospitalizados.
Al mismo tiempo, tenían casi el doble de probabilidades de ser ingresados en terapia intensiva en comparación con los totalmente inyectados y con su refuerzo.
La investigación es importante, ya que muchos pacientes con insuficiencia cardíaca dudan en recibir el inmunógeno por temor a la miocarditis, o inflamación del músculo cardíaco, pero esta afección es un efecto secundario poco frecuente.
Los resultados de este trabajo pueden ayudar a los pacientes con insuficiencia cardíaca a comprender mejor los beneficios de estar completamente vacunados y reforzados contra la Covid-19.
La insuficiencia cardíaca puede producirse cuando el corazón no bombea (sístole) o no se llena (diástole) correctamente. Los síntomas incluyen dificultad para respirar, fatiga, hinchazón en las piernas y ritmo cardíaco acelerado.
Los tratamientos -según la literatura médica- incluyen comer alimentos con menos sal, limitar los fluidos y tomar medicamentos con prescripción.
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