Al anular la legislación estatal promulgada hace más de un siglo, el máximo tribunal, de mayoría conservadora, da potestad a cualquiera a portar un arma allí sin justificar para qué la usará.
En medio de una creciente violencia en Nueva York, especialmente en la ciudad, la corte decidió por seis votos a favor y tres en contra (de los progresistas) que la norma en ese estado es “demasiado restrictiva”, contraviniendo así la Segunda Enmienda de la Constitución sobre armas de fuego.
Según argumentó el juez conservador Clarence Thomas en la conclusión, la Segunda Enmienda no distingue entre hogar y espacio público «con respecto al derecho a tener y portar armas».
«Ninguna de las limitaciones históricas del derecho a portar armas se aproxima al requisito de causa justificada de Nueva York porque ninguna operó para impedir que los ciudadanos respetuosos de la ley con necesidades ordinarias de autodefensa llevaran armas en público con ese fin», enfatizó.
A partir de ahora, el Gobierno tendrá que ser «coherente con la tradición histórica de esta nación en materia de regulación de armas de fuego», subrayó el magistrado.
«Este país está loco», expresó a Prensa Latina la doctora Rosemarie Mealy tras conocer la noticia y criticar la postura de la corte.
La normativa de Nueva York prohíbe hasta ahora llevar una pistola a la vista, debe hacerse de modo oculto y para ello se requiere pedir una licencia.
Para obtener el permiso hay que demostrar “una necesidad especial de autoprotección que se distinga de la de la comunidad en general o de las personas que ejercen la misma profesión”.
Uno pensaría –subrayó Mealy- que después de los asesinatos en Texas, el acceso a las armas debería ser limitado, cuando lo que se requieren son medidas que las eliminen.
Por su parte, la fiscal general de Nueva York, Letitia James, informó en un comunicado que su oficina revisa la decisión y adelantó que continuarán haciendo todo lo que esté al alcance “para proteger a los neoyorquinos de la violencia armada y preservar las leyes de armas de sentido común en nuestro estado”.
El debate nacional sobre el tema se acrecentó en Estados Unidos después de los tiroteos masivos del pasado 14 de mayo en un supermercado de Buffalo, en Nueva York, y luego, el 24 del propio mes, en la escuela primaria de Uvalde (Texas) con un saldo conjunto de 31 muertos, de ellos 19 niños, y varios heridos.
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