Respecto al cierre del jueves, el cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) bajó un 1,26 por ciento hasta asentarse en un valor de 8 mil 305 dólares la tonelada.
Sin embargo, llegó a tocar los 8 mil 220 dólares, apuntando un descenso de casi el 25 por ciento desde el máximo histórico de 10 mil 845 dólares de marzo y su nivel más bajo desde febrero de 2021.
También registraron pérdidas metales industriales como el níquel, cuyos precios bajaron un 13 por ciento y el estaño, que mostró su mayor desplome semanal en una semana desde 2005 con una disminución del 25 por ciento.
Según análisis especializados, existe riesgo de más pérdidas porque los inversores temen que los esfuerzos de los bancos centrales para reducir la inflación frenen el crecimiento económico mundial y reduzcan la demanda de metales.
Algunos prevén una fuerte desaceleración económica o incluso, una recesión.
No obstante, otros expertos pronostican un mercado equilibrado para el metal rojo en 2022, con un cambio hacia el superávit en la segunda mitad de año y 2023.
Aunque resaltan que no es probable un crecimiento de la demanda de cobre del tres al cinco por ciento anual, registro necesario para mantener el mercado estable.
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