La cifra incluyó 35 edificios, de ellos 13 de importancia social, dos puentes y 9,64 kilómetros de carreteras, área total en la que fueron detectados y desactivados 34 mil 592 objetos explosivos, detalló la agencia de noticias Sputnik.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos contra esas regiones por parte de Kiev.
El 21 de febrero, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del país.
El 29 de marzo, el ente castrense reportó el complimiento del principal objetivo de la primera fase de la operación, reducir la capacidad bélica de las fuerzas de Kiev, e informó que su siguiente prioridad es la “liberación del Donbass” de las tropas ucranianas.
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