Las nuevas disposiciones incluyen también el veto a la prestación de servicios de contabilidad, auditoría y otro tipo de asesorías al país euroasiático, así como la congelación de más activos pertenecientes a 70 personas y entidades, precisó un funcionario del gobierno.
Las declaraciones de Kishida ocurrieron en la madrugada, hora de Japón, durante la primera jornada de la Cumbre del Grupo de los Siete con sede en Alemania.
La nación asiática engrosa así su paquete de medidas punitivas contra Rusia, criticadas fuertemente por Moscú.
Al respecto, la portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova, indicó a mediados de abril que Tokio “cumple con las instrucciones que recibe desde la otra parte del océano e impone una agenda ideologizada a sus socios extranjeros”.
Zajárova subrayó que las actuales autoridades japonesas “destruyen de manera sistemática el desarrollo positivo de la cooperación mutuamente beneficiosa construida con esmero por sus predecesores durante muchos años”.
Desde el pasado 24 de febrero Moscú afirma que su ofensiva persigue la defensa de la población de Donbass, junto a la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania.
El Kremlin indicó además que condiciones para el fin de las hostilidades son el no ingreso de Kiev a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, el establecimiento de garantías de neutralidad militar de ese Estado y el reconocimiento de la reunificación de Crimea a Rusia.
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