El Tribunal Especial de París puso fin con el veredicto de sus cinco magistrados a un proceso que comenzó en septiembre del año pasado, en medio de un despliegue mediático sin precedentes, por los atroces crímenes que sacudieron a Francia y al mundo en la sala de conciertos Bataclan y en restaurantes parisinos al aire libre.
La Fiscalía Antiterrorista había solicitado la cadena perpetua para varios de los 14 acusados presentes en el juicio, seis fueron juzgados en ausencia, la cual fue ratificada al único sobreviviente del comando terrorista ejecutor de los atentados, Salah Abdeslam, y a Mohamed Abrini.
En el caso de Abdeslam, la condena resultó con período indefinido de seguridad, una medida inusual que prácticamente elimina la posibilidad de salida de la prisión, el mismo requisito impuesto a cinco encartados que se presumen muertos.
Por su parte, Mohamed Bakkali, considerado el logístico de la célula terrorista, y Osama Krayem y Sofien Ayari, miembros de «alto nivel» de la misma, para quienes también se pidió la pena máxima, salieron con sanciones de 30 años.
Tras el juicio, no irán a prisión los acusados que comparecieron en libertad Abdellah Chouaa, Ali Oulkadi y Hamza Attou, castigados con penas de cinco años o menos y regímenes de libertad condicional.
Durante casi 150 jornadas, el Tribunal Especial de París escuchó los desgarradores testimonios de sobrevivientes y de familiares de las víctimas, las exposiciones de la Fiscalía Antiterrorista y las declaraciones de acusados y de la defensa.
El comando terrorista dejó además de los 130 seres humanos asesinados, decenas de heridos en la sala Bataclan, los restaurantes parisinos al aire libre y el Stade de France, donde menos daño causaron antes de ser abatidos.
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