Esas acciones deben cesar ahora, de lo contrario Atenas podría perder fondos del bloque, dijo Johansson en esta ciudad belga, sede de la Unión Europea (UE), tras una reunión con funcionarios helenos.
El mecanismo regional carece de una política común para enfrentar ese flagelo, hecho reconocido por sus altos cargos como la Presidenta de Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen.
En ese contexto Grecia endureció su política migratoria este año con el aumento de los patrullajes terrestres y marítimos.
También amplió una valla fronteriza y construyó campamentos con mayor seguridad en sus islas cercanas a Turquía, según fuentes comunitarias.
Atenas niega las acusaciones sobre las llamadas devoluciones de solicitantes de asilo, y alega que intercepta los barcos en el mar para proteger sus propias fronteras y las de la UE.
El pasado mes de mayo el gobierno de esa nación dijo que no permitiría la entrada irregular de inmigrantes por tierra o por mar, tras el aumento de los intentos a través de sus islas del mar Egeo y la frontera con Turquía.
Los países mediterráneos esperan más de 150 mil arribos irregulares este año, en un contexto signado por el conflicto bélico en Ucrania, según la agencia de la Organización de Naciones Unidas para los refugiados, Acnur.
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