Los indocumentados fueron hallados a bordo de embarcaciones separadas tras ser expulsados por la fuerza de aguas territoriales griegas, según la entidad.
Luego de ser evaluados por los servicios médicos los migrantes fueron puestos a disposición de la Autoridad Provincial de Migración de Esmirna.
A principios de mes las autoridades nacionales acusaron a Atenas de expulsar varias embarcaciones de sus aguas territoriales, hecho recurrente en esa zona marítima y que constituye un nuevo capítulo en la reedición de un conflicto de larga data entre ambos países.
En enero el presidente turco Recep Tayyip Erdogan afirmó que demostraría “las prácticas por Grecia de expulsiones ilegales”, mientras el Ministerio de Defensa reclamó a Atenas poner fin a sus “acciones inhumanas en las fronteras.
De su lado el portavoz del Ejecutivo heleno, Giannis Oikonomou, denunció la «instrumentalización» de los indocumentados por parte de Ankara, y calificó de “infundadas y falsas” las acusaciones.
La Organización Internacional para las Migraciones contabilizó al menos seis muertes en 2021 en la ruta migratoria terrestre que conecta a este país con la Unión Europea (UE), pero el Gobierno griego niega su responsabilidad en esos hechos.
Ankara y Atenas protagonizan un diferendo antológico que incluye otros puntos de las relaciones bilaterales y que alcanzó su punto más álgido el pasado año en plena pandemia de la Covid-19.
A la crisis migratoria que llevó a miles de indocumentados a situaciones de gran peligro en la frontera común, se unen cuestiones de índole cultural, religioso, económico e histórico que lastran el vínculo bilateral.
En 2021 el control de los recursos petroleros en el mar Mediterráneo centró el diferendo y mantuvo a la región en un contexto de inestabilidad que provocó a injerencia de la UE y otros organismos para su distensión.
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