Durante la protesta, realizada del 13 al 30 de junio con epicentro en Quito, la casa de altos estudios declaró su espacio «Zona de Paz y Centro de Asistencia Humanitaria» para los manifestantes de grupos considerados vulnerables (niños, mujeres, adultos mayores), quienes recibieron atención de salud, alimentación y refugio.
Asimismo, fue una de las instancias que abogó por el diálogo entre la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), convocante de las marchas, y el Gobierno Nacional.
En ese sentido, la dirección de la UCE definió el diálogo democrático como la única vía para lograr acuerdos en beneficio de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas y de toda la sociedad ecuatoriana.
Hoy, a pocas horas de reabrir sus aulas, una vez más docentes, estudiantes y trabajadores de la institución volvieron a unirse para ultimar detalles en las labores de limpieza iniciadas el viernes último, tras el fin de las movilizaciones y el retorno de los manifestantes indígenas a sus comunidades.
En conversación con Prensa Latina, Klever Cárdenas, docente de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación, señaló que la UCE jugó un rol fundamental en los días del paro, en especial por el apoyo con alimentación, techo y otros insumos.
Su Facultad, explicó, instaló una carpa para la entrega de la ayuda, después de reunir fondos para la compra de víveres y productos de aseo y la entrega de kits, en lo que los estudiantes participaron de manera activa.
Por su parte, Franklin Baño, estudiante de la carrera de Educación Básica, consideró que la Universidad estuvo a la altura de su actuación histórica en cuanto a participación en los reclamos populares y destacó las tareas realizadas como sitio de acogida.
Al respecto, denunció que siendo zona de paz y atención de personas agredidas por la policía, hubo jornadas en las cuales las fuerzas del orden no respetaron esa condición y atacaron la sede.
Fueron pisoteados todos los derechos y sobre todo el derecho a la protesta, enfatizó y destacó además la participación estudiantil en las marchas.
«Si los universitarios no nos involucramos en esta problema que es de la sociedad, no estamos retribuyendo en nada a los que nos brinda», concluyó.
De su lado, Katherine López, presidenta de la Asociación de Educación Básica Presencial se recalcó en el papel que jugaron los alumnos en impulsar el uso de centro estudiantil como punto de asistencia humanitaria, además de resaltar el espíritu con el cual todo el personal se reunió para las labores de limpieza de cara a retomar el proceso de enseñanza.
rgh/scm