La víspera, un vocero del despacho del gobernante dijo que este conocía de las “especulaciones” sobre la conducta sexual inapropiada de Chris Pincher, pero como nunca hubo una acusación formal en su contra, le encargó en febrero pasado velar por la disciplina partidaria en el Parlamento.
Este martes, uno de sus ministros dijo que Johnson sabía que existía una denuncia contra Pincher desde 2019, pero olvidó mencionarlo la semana pasada, cuando el diputado presentó su renuncia al cargo, y luego fue suspendido de la bancada, por manosear a dos hombres tras beber demasiado en un bar privado londinense.
Según la prensa local, varios legisladores “tories”, cansados con los escándalos constantes en los que se ve envuelto el gobierno, estarían presionando al llamado comité 1922 del partido para que les permita convocar a una segunda moción de censura contra el gobernante.
Las reglas internas de la organización establecen que un primer ministro que supera un voto de confianza no puede ser sometido a otro hasta dentro de un año, pero de acuerdo con un periodista del canal ITV, la campaña por otra moción de censura ya estaría en marcha, y las reglas podrían cambiarse antes de que comience el receso legislativo veraniego.
Johnson sobrevivió por escaso margen al intento que hizo un grupo de diputados conservadores de derrocarlo luego del partygate, como se conoce al escándalo provocado por las fiestas ilegales celebradas en su despacho del número 10 de la calle Downing durante la cuarentena por la pandemia de Covid-19.
En declaraciones este martes a la BBC, el primer ministro trató de arreglar las cosas, y tras admitir que fue alertado en 2019 de las quejas sobre Pincher, se disculpó por haberlo nombrado en el cargo.
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