A través de sus redes sociales, el piloto de 25 años explicó que salió de una discoteca en la pasada madrugada y en una rotonda perdió el control del volante y terminó con la ruedas delanteras en una fosa, sin lesiones suyas ni de otras personas.
El test de alcoholemia efectuado por la policía reveló que la tasa era superior a la que autoriza la ley española, por lo que Bagnaia pidió perdón públicamente.
Lamento mucho lo sucedido: yo soy prácticamente abstemio y ha sido un error que no tendría que haber cometido. Nunca agarren el volante luego de haber bebido, declaró.
Fuentes policiales confirmaron que «Pecco», como se le conoce popularmente, dio «un poco más del triple de lo permitido» por la legislación española tras salirse de la carretera de ses Salines (EI-900) en su Citroën C-4.
Según la prensa insular, Bagnaia fue controlado tras el accidente con una tasa de 0,87 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, más allá del límite autorizado de 0,25 miligramos.
De acuerdo con la ley española, Pecco tendrá que someterse a un juicio rápido en el que puede ser castigado a una pena de prisión de entre tres y seis meses o entre uno y tres meses de trabajo para la comunidad o una multa, y la retirada del permiso de conducir entre uno y cuatro años.
No obstante, fuentes policiales descartaron que el piloto de MotoGP pueda recibir una pena de cárcel, ya que los daños fueron muy leves, no hubo más implicados, y apenas hubo daños a la vía pública.
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