Borne presentó en el Hemiciclo su discurso de política general para exponer la hoja de ruta del segundo mandato del presidente Emmanuel Macron, en un contexto tenso para el oficialismo, que no pudo retener en las elecciones legislativas de junio la mayoría absoluta de diputados.
La primera ministra señaló la voluntad de trabajar con otras fuerzas políticas en la Asamblea, pero sin incluir a La Francia Insumisa, que lidera Jean-Luc Mélenchon, ni a Agrupación Nacional, encabezada por la principal figura de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen.
El combate a la inflación por su impacto en los bolsillos de las personas, el enfrentamiento al cambio climático, el aumento del empleo y la renacionalización de EDF (Electricidad de Francia) serán prioridades para el próximo lustro, aseguró,
De acuerdo con Borne, el país mantendrá la protección social ante el incremento de los precios del combustible y de la electricidad, no aumentará impuestos y será el primero en salir de la dependencia de la energía fósil.
A partir de la ausencia del control absoluto oficialista de la Asamblea Nacional, Borne descartó solicitar el voto de confianza de los diputados, una tradición republicana que no llega a ser obligación constitucional.
En ese sentido, la jefa de la bancada insumisa, Mathilde Panot, acusó a la primera ministra de optar por “la fuga”, al no pedir la confianza del Hemiciclo.
Por su parte, Le Pen calificó de “fuera de control” la situación del gobierno, mientras el diputado conservador Olivier Marleix advirtió que el partido Los Republicanos no asumirá ningún compromiso con el oficialismo, que busca escaños para llegar a la mayoría absoluta y evitar obstáculos en la Asamblea a los proyectos y promesas de Macron.
Antes de la intervención de Borne, la coalición de fuerzas de la izquierda Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes) presentó una moción de censura contra el gobierno, la cual pudiera votarse el viernes, sin muchas probabilidades de éxito ante la falta de apoyo de otros sectores de la oposición.
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