La subvariantes de Omicron, conocidas como BA.4 y BA.5, ya provocan un crecimiento en el número de hospitalizaciones, amenazando incluso a los recuperados recientemente del padecimiento, añade ese periódico.
Eric Topol, profesor de medicina molecular en Scripps Reasearch, declaró que existe una subestimación del impacto que dicho aumento puede provocar en el país norteño.
Hay una ola en marcha, no hay duda al respecto, y preocupa cuanto pueda durar, añadió.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informan que todavía BA.4 y BA.5 no son más graves que otras subvariantes de Omicron.
Aunque, señalan, el aumento de personas infectadas definitivamente influirá en la cantidad de pacientes hospitalizados a causa del coronavirus SARS-CoV-2.
Debido a la popularidad de los test en el hogar se produce una subestimación de la tasa real de infecciones, pero lo cierto es que la proporción de pruebas es más alta ahora que durante la mayoría de las otras olas de la pandemia, apuntan los CDC.
Los expertos consideran que es demasiado pronto para predecir completamente lo que las últimas subvariantes pueden traer a Estados Unidos.
El país registró un alza de los casos de Covid-19 en mayo y junio, impulsada por subvariantes de Omicron como BA.2 y BA.2.12.1.
Además, Estados Unidos tiene una tasa de vacunación más baja que muchas naciones desarrollados, y un importante número de personas de la tercera edad aún no han recibido una o ambas dosis de refuerzo.
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