Considerado uno de los exponentes del ballet clásico en Cuba, Blanco asumió el reto de crear una versión propia de la pieza y, en una función única, reunió a más de 100 estudiantes de Danza Contemporánea adscritos a la institución mexicana.
No es fácil poner una escuela contemporánea en manos de un coreógrafo clásico. La dirección de Bellas Artes se arriesgó, pero el resultado fue sorprendente, declaró el artista a los medios locales.
Durante la presentación, el creador recibió el premio de la Secretaría de Educación de Yucatán por sus innumerables aportes a cultura del país norteamericano.
A Blanco se le conoce en Cuba como el coreógrafo de multitudes, pues ha creado piezas para cientos y miles de personas, como una presentada en Nicaragua con 250 mil participantes, refirió el Diario de Yucatán. El reto en este caso fue exponer por medio del movimiento y la música en vivo las miserias del ser humano que se abordan en Carmina Burana y aún existen, subraya la publicación.
La puesta en escena con sede en el teatro Armando Manzanero marcó el cierre de las celebraciones por el aniversario 35 de la Escuela de Danza Contemporánea del CEBA.
Según afirmó el artista, la visita a México y el debut de la pieza llegó luego de la invitación extendida por la directora de la institución, Graciella Torres, quien admiró su trayectoria como bailarín y coreógrafo del Ballet Nacional de Cuba.
En su país, el artista fue elegido el primer recién graduado que integró la nómina de la prestigiosa compañía con solo 19 años y directamente como coreógrafo, siendo el más joven creador de la danza clásica cubana.
Internacionalmente, su talento ha sido probado en España, Canadá, Bahamas, Panamá, Brasil y Rusia.
mem/chm