La condena del canciller fue luego de que la Casa Blanca anunciara restricciones de visa para 28 funcionarios cubanos como parte de su política coercitiva, unida al recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero.
A través de su cuenta oficial en Twitter, el canciller afirmó que “ante el fracaso en intento de provocar en Cuba una sublevación popular en 2021, el Gobierno norteamericano y su secretario de Estado, Antony Blinken, buscan ahora desacreditar el triunfo popular frente a la agresión imperialista”.
El jefe de la diplomacia insistió en que las reiteradas medidas de Washington son actos violatorios del derecho internacional y la Carta de Naciones Unidas.
El viceministro de Relaciones Exteriores Carlos Fernández de Cossío reafirmó que el país norteño vuelve con disposiciones ilegítimas contra Cuba, como reacción ante el triunfo popular frente a la agresión dirigida a desestabilizar la isla.
“La conducta estadounidense, crecientemente repudiada, va tomando argumentos y prácticas de la mafia anticubana”, escribió en un tuit.
Blinken informó este sábado que, de conformidad con la Proclamación Presidencial 5377, un total de 28 empleados del Gobierno y miembros del Partido Comunista de Cuba tienen prohibida la entrada al territorio estadounidense.
Washington precisó que esa disposición va dirigida a quienes supuestamente permitieron o facilitaron detenciones violentas e injustas, juicios falsos y penas de prisión a los implicados en los disturbios ocurridos en julio del año pasado en la isla.
En enero y junio de 2022, así como en noviembre de 2021, el Departamento de Estado adoptó disposiciones contra funcionarios del Ministerio del Interior y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, a quienes también aplicó restricciones de visa a raíz de lo sucedido el 11 de julio de 2021.
Ese día ocurrieron disturbios en varios puntos de Cuba que atentaron contra el orden constitucional y la estabilidad del Estado; hubo delitos de desorden público, instigación a delinquir y también hechos de extrema violencia contra bienes, personas y autoridades.
Según el Gobierno de La Habana, esas acciones fueron alentadas desde el exterior a partir de la aplicación de estrategias de la llamada guerra no convencional y resultado del reforzamiento de las medidas coercitivas de Estados Unidos contra la isla en medio de la pandemia de Covid-19.
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