La víspera, el pelotón multicolor de 159 pedalistas enfrentó colosos alpinos, como la llegada en el Col du Granon con sus dos mil 413 metros sobre el nivel del mar, y el emblemático Col du Galibier, el techo del Tour este año con sus dos mil 642 metros, que nuevamente estará hoy en el menú.
Si la jornada de ayer revolucionó la clasificación general, al punto de que el favorito esloveno Tadej Pogacar (UAE Team Emirates) cediera el maillot amarillo y cayera al tercer puesto, la de esta tarde pudiera repetir la dosis.
Después del arranque en Brianzón, los ciclistas encontrarán apenas en el kilómetro 33 al majestuoso Col du Galibier, en el 110 al también imponente Col de La Croix (dos mil 67 metros, 29 kilómetros de subida y pendiente al 5,2 por ciento) y en la meta al Alpe d’Huez (mil 850, 13,8 y 8,1), tres puertos “fuera de categoría”.
Tras su victoria la víspera, Vingegaard calificó de brutal el ascenso en Los Alpes y reconoció que “estaba sufriendo mucho y solo quería que terminara”, lo cual habla por sí solo del esfuerzo a realizar.
El danés, subtitular de la Grande Boucle el año pasado, saca dos minutos y 16 segundos al francés Romain Bardet (Team DSM) y dos minutos y 22 segundos a Pogacar.
Este se debilitó con la salida del Tour de Francia de compañeros de equipo afectados por la Covid-19, pero sigue como aspirante de fuerza a conquistar la corona por tercer año consecutivo.
En la despedida de Los Alpes, el veterano colombiano Nairo Quintana (Team Arkéa-Samsic) tratará de reeditar o mejorar su actuación de ayer, cuando fue segundo en la etapa, que le permitió subir al quinto puesto en la batalla por el maillot amarillo, a dos minutos y 37 segundos del líder.
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