«Estamos trabajando en todos los escenarios posibles y uno de ellos, que contempla el plan de contingencia, es la posibilidad de que los flujos de Gazprom no se restablezcan», indicó la portavoz principal de la Comisión Europea, Eric Mamer.
Durante una reunión este miércoles, el Ejecutivo comunitario abordará una propuesta que tiene como objetivo fundamental la reducción voluntaria del consumo para todos los Estados miembros desde este verano, pero que podría volverse obligatoria si la crisis se agrava.
En términos numéricos, se espera una reducción del 15 por ciento del consumo de gas total de cada país durante los próximos ocho meses, aunque otras fuentes advierten que las cifras podrían cambiar tras la discusión del Colegio de Comisarios.
En función de ello, la proyección incentivará que tanto la industria como las empresas de producción de electricidad cambien sus combustibles habituales por fuentes alternativas como la energía solar, la biomasa de origen sostenible o el biometano procedente de deshechos, a través de ayudas estatales.
El ejecutivo llamará también a crear sistemas de subasta o licitación, a través de los cuales los Gobiernos insten a la reducción del consumo de gas de los grandes consumidores industriales a cambio de compensaciones financieras o ahorros adicionales.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, informó tras el último Consejo de líderes de Estado y de Gobierno que Bruselas presentaría un plan de emergencia ante cortes adicionales del aprovisionamiento de gas desde Moscú, que antes del inicio del conflicto en Ucrania suponía el 40 por ciento de las importaciones al mercado comunitario.
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